¡ Hola amig@s !
Paso por aquí a contaros que el domingo estuvimos en
Benijófar, era su segunda carrera popular –Premio Casas Manuel- aunque para
nosotros era la primera vez que íbamos y la verdad es que nos gustó, tanto la
carrera como la atención al corredor.
El recorrido es una vuelta pero
repitiendo en los últimos metros la misma vuelta de la salida, ya que se sale
en una avenida hacia arriba y se vuelve por una calle que aunque corta tiene un
repecho digno de ser mencionado, se vuelve otra vez a la avenida pasando por
meta y nos dirigimos al cauce del río, allí se realiza casi toda la carrera que
son 7,5 kms y es un recorrido agradable aunque no hay “admiradores”, alguno
tuvo que coger en brazos a su perrillo al que paseaba para que no se lo
atropelláramos entre todos, en esa zona me acerqué a una pareja de corredores muy
simpáticos que llevaba delante y al pasarles y darles los buenos días, me
preguntaron si había hecho la maratón de N.Y. ya que llevaba el cortavientos
con el dibujo de la ciudad, así que me quedé con ellos un ratito dándoles la
paliza y contándoles mis “hazañas maratonianas”, ya entrando al pueblo otra
vez me despedí de ellos pues empezaban las cuestas del final y ya no podía
hablar.
Creo que cuando me alejé de ellos dijeron, “si lo llegamos a saber no le preguntamos” y es que cuando empiezo a contar “batallitas maratonianas”
me pierdo, pero a lo que vamos, en el segundo paso por la calle del “repecho de
narices” no quería pararme, así que baje la cabeza para no verlo y fui a
pasitos cortos hacia arriba, al momento me oigo un griterío de ánimos y
aplausos y es que arriba se había formado una chiquillería que no dejaban de
animar a los lentos que quedábamos en la carrera y la verdad es que me ayudaron
a subir con sus ánimos, gracias “corazones”, al final de la carrera nos dieron
una bolsa en la que aparte del agua y alguna cosita más nos dieron una botella
de vino y una bandeja de embutidos de una carnicería del pueblo, que tengo que
decir estaba muy bueno ya que dimos buena cuenta de una de ellas con unos
huevos fritos en casa, pero también en
la llegada en la plaza habían tres mesas con tres personas cortando jamón y sin
hacer mucha cola te daban un platito de jamón recién cortado que estaba
buenísimo, y para terminar redondeándolo hicieron un sorteo y me tocó un regalo
compuesto de gorra y calcetines (se puede pedir más), así que me fui a casa más
contenta que unas castañuelas, a ver si la próxima me sale igual de bien. Hasta
pronto.
BESOS A TOD@S
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