No se podía escoger mejor día para este entrenamiento. A las 08:00h, en nuestro punto de encuentro habitual, calentamos motores con unos mantecados caseros y una copita de mistela cortesía de nuestra Espe.
Comenzamos la ruta recién amanecido, el cielo cargado de nubes y una temperatura muy agradable para correr. Un "calabobos" nos ha acompañado durante casi todo el trayecto, pero sin molestar ¡como un miembro más del grupo!.
Una vez en el punto geodésico avituallamiento a base de polvorones y sidra, rápidamente comenzamos a bajar y casi sin darnos cuenta han caido 16km, +450m.
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