Sevilla y Castellón, dos grandes maratones y en ambos este nuestro Cluss participó, así nos lo cuenta Ángela LaPresi:
Este reto empezó como lo hacen
muchos en este Nuestro Cluss, una cena veraniega con los amigos, un par de gin
tonic y te ves firmando un servicontrato para el Maratón de Castellón. Creo que me deben varias cervezas.
Por tanto nada más acabar las
comilonas navideñas, tocaba empezar con los entrenamientos específicos para
este reto. Creo que por primera vez he
podido completarlos sin ningún problema, aunque han sido muchos kilómetros,
muchos días y algunos entrenamientos en soledad.
Llega el día tan esperado, voy a
la línea de salida. Llego con los deberes hechos, eso no quita para que llegue
con nervios y atacá. Es la primera vez
que me enfrento a esta distancia sin la compañía del Jefe, hoy no podrá decirme “echa el freno
polvorilla”. Aunque me va a ir haciendo el seguimiento y sé que lo voy a poder
ver durante el recorrido.
Busco y localizo a Maite, ella hace el 10k y a
Alberto, estoy un ratito con ellos. Dan la salida, el corazón me va a mil,
trato de tranquilizarme, paso el globo de las 4:30, lo lleva mi amiga Mª José,
le digo que voy hacer lo posible para que no me pille.
En seguida me pongo a
6:00, es el ritmo que he estado entrenando y voy muy cómoda. Veo una chica que
va sola, como vamos adelantando una a la
otra, le digo que ya que vamos al mismo ritmo es mejor que nos acompañemos
mutuamente. Pasan los kilómetros, a veces vamos hablando otras vamos escuchando
música.
En las avenidas de doble
sentido, cuando veo a Alberto, Santiago Hitos y Manolo Rico nos damos ánimos.
Todo va bien, pasamos la media maratón, que está en el Grao en 2:06. Después
viene la parte más dura, la subida de nuevo a Castellón, aquí tengo que hacer
una “parada técnica” le digo a mi compañera que no se pare, que continúe que a
ese ritmo acaba el maratón por debajo de 4:15.
Yo me espero al globo de ese
tiempo, voy un buen rato con ellos. En el 25 vuelvo a ver al Jefe, aquí mi
pierna izquierda ha empezado a dolerme, me ha fallado dos veces, se lo cuento y
le digo que voy a intentar probar hasta el 28, a ver cómo va. Pero va fatal, el
dolor se hace insoportable, me falla varias veces más, pierdo la fuerza en ella.
Analizo la situación, me faltaría 14 km hasta meta, pienso que no merece la
pena sufrir tanto, si me quedaran menos de 5 me puedo plantear acabar aunque
sea andando.
Pero seguir puede ser una inconsciencia y me puedo hacer una
lesión grave, como me pasó hace dos años.
Total que cuando vuelvo a ver al jefe pasado el 28 tomo la decisión de
retirarme. Se lo digo entre lloros,
tengo la sensación de haber fracasado y de haber mandando todo el trabajo a
“tomar viento a la farola”. Me quito el
dorsal y después de ver pasar a Alberto, nos vamos, yo cojeando de regreso al
hotel. Después de una buena ducha, se me medio pasó el disgusto, pero si algo
tengo claro que fue la mejor decisión que pude tomar. Aunque me diera mucha
pena, ya que le ambiente era genial, todo el mundo en la calle, muchísima
animación, los voluntarios animando sin parar. Esta era la cuarta vez que iba y creo que tengo que volver a quitarme la
espinita.
3 comentarios:
No te quepa la menor duda que tomaste la decisión acertada. Con 14 kms todavía por delante tenías todas las papeletas para romperte del todo y encima no acabar. Una retirada a tiempo es una victoria. Ahí se nota la veteranía. Oportunidades tendrás de resarcirte.
Buena decisión, maratones hay muchas y piennas...bueno son dos, pero es que nos hacen falta ambas jeje. Un saludico y habrá que vengarse.
Muchísimo ánimo Ángela, todo corredor sabe lo que jode retirarse,pero también que poder resarcirse lo compensa
Publicar un comentario