Y
para no perder las buenas costumbres, a las 9’30h en el mosaico de la dama, saludos
a los amigos, al alcalde, fotos con Paco Ciclón y muchos más, Erica de Corro y
soy mujer... y lo más importante con este nuestro Cluss Marujas Acelerás.
Y
pienso, cuánto tiempo sin sentir esto, miedo alegría y respeto, veintiún
kilómetros hay que correrlos, muy buen ambiente de salud, nuestros bailes
rituales para quitarnos el nervio y una salida fallida y pobre de confetis pero
sobrada de ganas.
Día
bonito, soleado con brisa fresca que hasta se agradecía, el circuito bien,
aunque pienso que teniendo esta maravilla de ciudad, se podría pasar por mas sitios,
aunque sí que se pasa por los cuatro puentes, que se agradece, el público bien,
correcto.
Y
ya como experiencia personal, hemos ido un poco a nuestra bola ante la ausencia
de nuestros líderes espirituales, el jefe y la Presi. He disfrutado en un
cuarenta por cien y sufrido en un sesenta, por primera vez he sentido el temido
muro y mi femoral izquierdo ha dicho “basta” he salido de la carrera, me dolía,
miedo, decepción... ¡¡¡no!!!, corazón y razón, he continuado, bajando el ritmo
y poniendo cabeza en la zona más fea, seguida de la más bonita, cuando he
afrontado el último kilómetro por nuestra corredera llena de gente, cuando he
visto la meta me he puesto a llorar como un niño; esa sensación que tanto me cuesta,
la muchacha que me ha dado la medalla no sabía si darme la enhorabuena o el pésame;
pero el caso es que he visto la cerveza y... horror, ¡¡¡era con limón!!!
Y
todo esto se ha visto compensado por el pódiun de Conchi y Luisa que son
galácticas y mi hombre que se preocupa por mi... lo demás a estas horas ya es
pasado.
Francesc Agulló
1 comentario:
Cuando las piernas fallan, manda la cabeza; se baja un poco el ritmo y "et voila". Un saludico.
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