¡ Hola amig@s ¡
Esta crónica no pensaba escribirla, pues cuando participamos
varias marujas y la Presi ya pone
crónica tampoco es cuestión de repetirse, pero hay algunos casos que son
diferentes y éste es uno de ellos, y no
lo digo solo por el “jamón”, pero empecemos por el principio.
La historia empieza el 1 de mayo con la carrera en Granja de
Rocamora (no puse crónica) pues habría sido tan deprimente que solo hubiera
dado lástima, así que preferí no
ponerla, una de las frases del día fue “como en Alcantarilla lo pase tan mal en
la primera vuelta me quedo”, otra fue “como vuelva a pasarlo tan mal en otra
carrera dejo de correr”, así que con estas perspectivas pasé todo el
resto del jueves e incluso el día siguiente, el sábado empecé a animarme un poco, sobre
todo mi entrenador, que era cosa del calor, que el domingo iría mejor, aunque más animada no dudé de llevar en mi
cinturón toda clase de vitaminas, reconstituyentes, geles y todo lo permitido
para dar un poco más de “alegría” a este cuerpo serrano, salí motivada de que
aunque despacio la podría terminar, Alberto dudó de quedarse conmigo o no,
dependía de cómo me viera en la primera vuelta, cuando iniciamos la segunda y
nos vimos la aveniiiiiiida interminable que nos esperaba, me asusté un poco
pues no había sombra donde cobijarse y ya era km 13, hora de empezar con
alguna vitamina, cogimos a algunos corredores rezagados y Alberto empezó a
contar chistes, hasta yo me atreví a contar uno, y así entre chiste y chiste
culminamos la dichosa avenida, luego del
repechillo del puente y ya llegábamos a la calle mayor de Alcantarilla donde la
sombra de los edificios refrescaban un poco, ¡qué gustito!, allí se recuperaba
uno , vi que mi entrenador no se decidía a dejarme aunque sabía que no iba
sola, pero después de las famosas frases del jueves no se atrevió, menos mal,
porque a partir del 17 empecé a cansarme de correr, así que anduve un poquito y
le dije a Alberto que me hiciera una foto con unos soldados que habían en la
calle mayor, eso me dejó descansar un poco, pero ya en la segunda foto que le
pedí me dijo que “de eso nada” “tira pà
lante” que nos quedan solo 2 kms, en la subida del puente al regreso tuve que
andar otro poquito, y ya de bajada y hasta la meta a trotar, en cuanto vi el reloj
de llegada 2h 30, apreté lo poquito que pude pues no quería llegar a las 2h 31
(una tontería) pero los corredores me entienden.
Llegamos los dos juntitos y
cogidos de la mano, Prueba Superada, pero aquí viene el motivo de la historia,
nada más llegar nos dijeron que devolviéramos los chips y nos esperáramos que
teníamos que ver al Teniente Coronel, ¡corchos ¡, que hemos hecho , luego
pensamos que nos darían algún obsequio como en otras carreras por llegar tal
número o en la posición x, el caso es que no pudimos coger ni avituallamiento
pues íbamos escoltados “detenidos” como decíamos nosotros, tuvimos que esperar
a que terminara la exhibición de los aviones, por cierto, impresionante, yo
nunca había asistido a una y la verdad es que era una maravilla, cuando le dije
a Alberto que me iba a sentarme en el borde de la calle que estaba un poco
mareada, el soldado nos dijo que le
siguiéramos, iba a pedirle permiso a su Jefe de poder subir a las gradas para
que pudiera sentarme (un detalle), el
Teniente Coronal nos dijo que sí,
que subiéramos y le esperáramos, yo le
pregunté ¿hemos hecho algo malo?, y me dijo que no, que todo lo contrario que
tenía una sorpresa para nosotros, así que tuvimos que esperar un buen rato allí
a que terminara toda la exhibición,
Alberto estaba un poco cansado ya de esperar y decía, yo me voy,! pero
como nos íbamos a ir ¡ si teníamos apostado a nuestro lado a un soldado que no
nos quitaba ojo, si llegamos a irnos en
un momento de despiste al pobre le cae una bronca que no veas, así que
aguantamos (menos mal), la sorpresa era
que tenían previsto un premio a los últimos que entraran dentro del tiempo
oficial las 2h 30, porque en realidad no fuimos los últimos pero sí en el
tiempo establecido por la organización, así que FAROLILLO ROJO (una monería) y la sorpresa final UN JAMÓN,
sí, si, como lo estáis leyendo UN JAMÓN CADA UNO, o sea DOS JAMONES que nos
llevamos a casa, en cuanto me dieron el primero, pensé “ esto hay que
compartirlo con el clus”, pero cuando vi que había otro ya no tuve duda, QUEDADA JAMONERA. Para mí fue como una señal de que no podía tirar la
toalla, de que tenía que seguir a pesar de llegar la última y de ir más lenta
que los caracoles, pues a veces ocurren cosas como estas que te vuelven a subir
la moral y dices, “vale, sigo”. Gracias a mi entrenador (entre otras cosas) por
no dejarme sola, y gracias al Teniente Coronel por la gran idea de premiar a
los que llegamos los últimos, sinceramente con el farolillo ya me hubiera ido a
casa contenta pero lo del jamón …………solo tiene una palabra, GRACIAS.
Un poco larga me ha salido la historia, pero es que son dos
en una, como las ofertas del “carreful”,
hasta pronto amig@s.
Bsos a tod@s
3 comentarios:
Qué recuerdos tengo yo de Alcantarilla! hice la instrucción militar en Jabalí Nuevo, muy cerquita, hace ya muchos años y recuerdo que íbamos a Alcantarilla de fiesta, jeje. Qué buena manera de recuperar la motivación, me parece genial! enhorabuena y a por nuevos retos con ilusión!
Buen premio y lo mejor el no saberlo que de anunciarlo mas de uno se iran dando empujones por llegar el ultimo. Un saludico.
hace unos meses que empece a entrenar para las maratones, sería un sueño poder correr alguna de 15k y asi ir subiendo.
me dijeron que habrá una proxima en los estados unidos, me fijaré los vuelos a San Francisco y sino espero la del año que viene en NY
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