¡Buenas a tod@s!
Otro fin de semana
ajetreado, este nuestro Cluss ha estado representado en la media maratón de Valencia, el medio ironman de Castellón y la media maratón
de Ávila.
El jefe y yo decidimos al
inicio de temporada este año correr menos carreras y que esas pocas fuesen las
que hasta ahora no hubiésemos hecho. Así que hace unos meses me propuso ir a la
capital abulense a correr su media maratón. Hasta allí nos fuimos el viernes,
con la intención de disfrutar de la ciudad y su gastronomía.
Al llegar ya nos
dimos cuenta que la temperatura no tenía nada que ver con la que habíamos
dejado en Elche, además el cielo amenazaba lluvia. El sábado estuvo casi todo
el día lloviendo, así que visita a la ciudad y a buscar cobijo cerca de una botella de vino y de una "chuletica" de ternera.
Por la tarde recogimos los dorsales y la bolsa del corredor, muy
completa, con camiseta de mi talla y productos típicos de la zona. El domingo
amaneció nublado pero sin lluvia, aunque la temperatura era baja y de vez en
cuando soplaban rachas de viento.
Al estar alojados en el hotel de la organización a menos de 100 mts, de la
salida bajamos 15 minutos antes de que dieran el pistoletazo, no me apetecía
nada pasar frío.
La salida estaba situada en los 4 postes, donde hay una vista
preciosa de toda la ciudad amurallada. A las 10:30 empezamos a correr, hasta el
7 fuimos llaneando, a partir de aquí empezamos la subida que nos llevaría hasta
la parte más alta de la ciudad, sobre el 15
alternábamos las zonas de asfalto con los adoquines, hay zonas que soplan
fuertes rachas de viento, yo empiezo a notar el cansancio de las continúas
subidas y bajadas. A partir de aquí empieza la zona más bonita, ya que pasamos
por los monumentos más importantes.
Sobre el 18 corremos por el Paseo del
Rastro, por fuera de la muralla. Entramos a la ciudad amurallada para correr
los últimos km por ella, yo ya estaba cansada de adoquines, la cabeza
me pedía parar y caminar, como tengo claro que la cabeza se cansa antes que las
piernas, no le hago caso, prefiero bajar el ritmo para entrar en lo que llamo,
ritmo de supervivencia. Aquí tuve la anécdota del día, un corredor al
adelantarme me dijo que conocía nuestro Cluss y que nos leía, me hizo sentirme
orgullosa de ver que siendo un Cluss modesto y pequeño, nos reconocen donde
vamos, aunque sea a más de 500 km de casa. Sobre el 20 salimos de la zona
amurallada y ya era todo bajada hasta la meta. Paré el crono en 2:10. Apenas pudimos disfrutar del
avituallamiento final, que era muy completo, en los que se podía degustar productos
de la zona, debido que a pesar de estar alojados en la hotel de la
organización, tuvimos problemas para que nos dejaran la habitación más allá de
las 13:30, y eso negociando con ellos porque en un principio nos dijeron que
teníamos que dejar la habitación a las 12:00. En fin……
Pues nada que esta ya no
me la cuentan, ya puedo decir que he
corrido y comido en Ávila.
¡Hasta pronto amig@s!
1 comentario:
Las penas con pan dicen que son menos, y con una buena chuleta de carne...aun menos jeje. Un saludico.
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