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miércoles, 26 de febrero de 2020

XI Transilicitana: Razón contra Corazón

Un año más, y ya son algunos, decidimos participar en esta Ultra, la de casa. 
En esta ocasión, y por diversas circunstancias, los entrenamientos no han sido como en otras ocasiones, pero llego a la salida con la sensación de haber hecho los deberes.
El sábado 22-02-2020 llegamos a la línea de salida con el tiempo suficiente para hacernos foticos , saludar y “xarrar” un ratico con los muchos amigos y conocidos que por allí estaban, entre ellos Yolanda, mi compañera de trabajo. Yolanda eres una campeona, ¡¡enhorabuena por tu medallica!!
A las ocho de la mañana dan la salida, nosotros  salimos en retaguardia y por el lado izquierdo, mis compis están situados en esa acera.
Los primeros kilómetros los hacemos con Alberto “elSombrilla” que, como es su costumbre, nos “afota”  todo lo que puede, ya cerca del Pantano se revoluciona un poco y sigue a su marchica.
Llegamos sin incidencias al primer avituallamiento, nos quitamos la ropa de abrigo y almorzamos  la “mar de bien”: coca salada, típica de esta zona, habas, tomates y para bajarlo una isotónica a base de cebada.
Seguimos con buen ritmo, manteniendo una media de 6 km/h, unas veces vamos solos y otras charlando con otros participantes,  ahí nos volvemos a dar cuenta la cantidad de gente que sigue las “andaduras” de este nuestro Cluss. Yo voy bien, cantando canciones de Rossana y, contándole al  Jefe mis proyectos de decoración y jardinería, paciencia tiene, algún día me deja abandonada en un risco por ahí.
Pasamos el Barranco del Grifo y vamos comentando como nos darán paso por la zona de “Oliva” que está toda en obras, no hay problema, han abierto el vallado de obras y pasamos sin dificultad. Ya tenemos a la vista el tercer avituallamiento, el de la comida, allí están “mis chicas”, compañeras de este nuestro Cluss, también hay afectados/as.  Antes de cruzar la carretera, tenemos a la derecha el Barranco de San Antón y ya suben por ahí los primeros corredores ¡¡ no somos na!! Ellos casi en el 70 y nosotros por el 30 y pocos.
Llegamos y me da un subidón, entro bailando y dando abrazos a todo el mundo, esto recarga las pilas mejor que la trifásica. Nos avituallamos como Dios manda  gracias a mamaRosa.
Fotico con todos  y seguimos pensando en el cafelito de los Quiles, cuando llegamos comprobamos que tiene montada la fiesta como todos los años, les damos las gracias y nos hacemos un café con “anticongelante”, unos rollicos de mistela y nos ponemos en marcha para llegar a El Altet donde está el siguiente avituallamiento.
Paramos lo imprescindible y seguimos en búsqueda del tramo de Playa, que este año se ha quedado en la mitad, la pasamos charlando con un grupo que ha venido desde Gibraltar. El cambio de ropa lo tenemos un poco después, como todavía es pronto para abrigarse solo me pongo pantalón largo y cargamos con el resto.
Coincidimos un ratillo con Juan y Campillo y, un poco más adelante, con Joan que ha sacado a pasear a Senda. Ya estamos en Angelet, el avituallamiento de la “merienda”  y eso hacemos merendar, un brownie de casa Paco que está de muerte.
Vamos de vuelta al “Charly”, en el Canal las lumbares me dan un trallazo y la pierna izquierda empieza a dolerme, es soportable y seguimos . Subiendo por el carril bici vemos a Fausti, Rebe y Paquito, ¡¡gracias por los ánimos!!
En el “Charly” están esperándonos Rosa&Paco, Rosa y laSobri con su gente.  Nos abrigamos, encendemos el frontal y con ayuda de bastones nos metemos en el Barranco de San Antón, a pesar del estado en que lo dejó las últimas lluvias lo pasamos bien, en la subida de lo que nosotras llamamos el “pozo 14”, hay una casa particular que nos monta “fiesta” con el niño del tambor, también hay caldico y sorpresa, está mi amiga Nati, me emociono, nos abrazamos y seguimos deseando ver el merendero del Pantano. La bajada del “pozo 14” se me hace muy larga, el dolor de la pierna ya es más intenso y esto se me está haciendo muy largo, el corazón me dice que hay que seguir pero la pierna dice que no. Aquí ya decidimos que es mejor dejarlo en el Pantano, y eso hacemos llegamos al avituallamiento y comunicamos nuestro abandono. Por suerte, nuestro grupo de seguidores están allí también, así que nos bajamos con ellos. Después de 14h y 80km terminó nuestra travesía.
Una vez más me siento afortunada al comprobar la gente tan maravillosa que tengo a mi alrededor.
Gracias a todos.

1 comentario:

paco dijo...

Bueno asi contado parece hasta fácil y todo, una ruta de la tapa jeje y 80k no esta mal del todo yo hay semanas que no los hago, de echo casi todas. Un saludico.