Cuando ha sonado el despertador he recordado los días pasados en la costa almeriense: playita, mojito, gambas... y nada de zapatillas. Una escapadita de las Marujas Acelerás donde lo hemos pasado requetebien, sin "marios", ni fregonas, ni plancha, ni... donde la única preocupación ha sido seleccionar entre playa y piscina y que bikinini me pongo.
Al mismo tiempo me he acordado del Culebrón y para allá que nos hemos ido, vuelta a la rutina.
El Club de atletismo "El Cabeço" organiza por segundo año una marcha y carrera de 5,5Km, donde lo que prima es la atención a tod@s nosotr@s y en verdad que lo consiguen.
Allí nos juntamos un montón de amig@s dispuestos a ganarnos un aperitivo a base de frutos secos, olivas, pipirrana, seguido de un plato de arroz, otro de gazpacho y sandias, todo ello acompañado con isotónica a base de cebada y refrescos; ¡más parecía una comida de hermandad que una competición!, si a todo eso le sumamos la botella de vino de la tierra y la camiseta, por cierto de algodón, de las que se pueden usar y añado que la inscripción ha sido de 3€, pues está claro que se han tenido que desvivir para conseguirlo SOBRESALIENTE a los organizadores.
En cuanto a la carrera, miedo nos daba. Estas carreras cortas, con calor y humedad son muy explosivas, la gente sale como si les fuera la vida en ello, hasta los benjamines corren que se las pela. En la marcha ha participado la Mari Tere, que ya empieza a mejorar de su fascitis y en la carrera la Mari Juli y yo misma: la Mari Geli.
Salimos como si no supiéramos correr ¡una semana en chanclas y tacones son muchos días!, así es que despacito y charrando entre nosotras casi sin darnos cuenta ya estábamos en carrera otra vez. El circuito es asequible, casi llano, pero debido al calor y a la humedad puede pasar factura casi sin darte cuenta, pero en fin regulando y a nuestro ritmico hemos terminado sin problemas, en unos 29min, ¡que no está nada mal!.
Después se podía escoger entre ducha y piscina, esta vez me he quedado con la ducha, pero el año que viene me atreveré con la piscina ¡que ya aprendí a flotar!. Esperemos que está marcha-carrera perdure y podamos volver otras veces, quizás para conseguir ese buen rollo seria mejor olvidarse de premios, tiempos, clasificaciones y de todas esas cosas que encarecen las inscripciones y no mejoran en nada la satisfacción personal de participar por correr simplemente.
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