Alicia, nos cuenta sus impresiones en la Volta a Santa Pola (invadiendo Valverde) "a nuestro aire":
La vuelta al término de Santa
Pola se veía laaaargo, 45 kilómetros que podrían atascarse en cualquier momento
y atragantarse en mis piernas o en mi mente…
Todo estaba preparado, las
zapatillas, el vestuario apropiado, las energías y también la incertidumbre.
Así comencé, junto a este
pedazo de cluss, la mañana del 2 de marzo la IV edición de la Volta al Término
de Santa Pola "A nuestro Aire".
Salimos de la ermita de
Valverde y los primeros km se me antojaron un poco desagradecidos… sería que
era de buena mañana, el sol recién despuntaba y el cuerpo estaba adormilado,
los músculos y articulaciones se escondían en la pereza, la cabeza tiraba para
adelante venciendo los primero kilómetros.
El cuerpo se calentaba, las ideas
y risas se materializaban dejando atrás los malos pensamientos matutinos (como
el de “esto de correr no es tan bueno”).
Las bromas continúan cuando
pasamos por cerca de Gran Alacant, “Alicia! Llamamos a tu madre para que te
venga a buscar?”. Venga ya! Que para un día que me sentí mal… no significa que
todos los días van a ser iguales!
Continuamos a buen ritmo y El
Jefe me decía que dejara de hacer fotos, “¡cuidado con el cambio de ritmo que
luego pasa lo que pasa!”.
Sigo disfrutando y el sol en
la playa me regala una bonita exposición.
Llegamos a Santa Pola y, como
las Marujas son más conocidas que el perejil, comenzamos a desperdigarnos
cuando del grupo, al cruzarnos con distintos atletas, salieron miles de abrazos
y voces de alegría por los encuentros espontáneos.
Luego llegó la hora de
quitarse las zapatillas y disfrutar de la arena fresca, el agua salada. Un par
de valientes se zambulleron y dejamos que nos contaran lo buena que estaba el
agua! Vamos que otro día la pruebo yo.
Casi estábamos a punto de
saborear una buena cerveza cuando la suerte se puso de nuestra contra! El bar
estaba CERRADO!! Así que seguimos como perdidos en el desierto en busca de agua
para aquellos que la necesitaban… y el siguiente bar igual, y el otro… y hasta
la gasolinera estaba cerrada!
Seguimos nuestro rumbo y nos
metimos por el cañaveral de Bonmatí, que manera de disfrutar!
Hasta me transformé en Daniel
Larusso de Karate Kid!!
Mientras Paqui y Agustín
representaban una peli de amor! Vaya momentos más emocionantes!
Y luego la parte final… la
vereda de Sendres… los últimos kilómetros se hacían largos, el sol comenzaba a
sentirse con más intensidad, el agua comenzaba a escasear y un buen samaritano
de una casa vecina nos bendijo con 2 litros de agua para rellenar las mochilas
de Silvia y la mía propia.
Por fin el último tramo y
llegamos a destino luego de casi 7 horas.
Si tuviera que valorar que
parte estuvo mejor… la zona de playa, el agua fresca en nuestras piernas, el
cañaveral, la vereda de Sendres…
Sin duda alguna ME QUEDARÍA
CON el APOYO de los AMIGOS en los momentos donde la cabeza o las piernas
flaquean, con las RISAS en los momentos distendidos, con la HOSPITALIDAD de
MARI NIEVES y JOSÉ MANUEL en un final INIGUALABLE! (y con el bizcocho de La
PRESI!).
1 comentario:
Esos entrenos en compañia molan ehhh. Un saludico.
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