Hola a tod@s.
Después de tres meses de
entrenamientos, tropecientos kilómetros en las piernas, tres kilos menos, un
constipado de narices y problemas en el talón del pie derecho, que me tuvo casi
dos semanas en dique seco, llegó el momento de disfrutar de mi regalo de Reyes
de este año. Y como estuvieron esplendidos también dejaron este regalo en las
zapatillas de mis compis Luisa, Espe, Conchi, Alfonso, Encarni y su afectado
Fran y Fina Mari, que debutaba en la distancia.
Así que el sábado 18, por
la mañana, nos desplazamos hasta Valencia, unos en coche otros en tren. Maite y
Alberto llegaron por la tarde. Nos fuimos directos a recoger los dorsales, la
bolsa del corredor, muy completa ¡¡¡camiseta de mi talla!!.
Y ya que estábamos por allí decidimos quedarnos a comer la paella que había preparado la organización ¡qué no estaba nada mal!. Ya por la tarde nos fuimos de paseo por el centro de Valencia, seguimos con la costumbre de hacer un maratón antes del maratón, así nos va luego.
Y ya que estábamos por allí decidimos quedarnos a comer la paella que había preparado la organización ¡qué no estaba nada mal!. Ya por la tarde nos fuimos de paseo por el centro de Valencia, seguimos con la costumbre de hacer un maratón antes del maratón, así nos va luego.
Y llega el día de autos,
nosotros tenemos el hotel a menos de 15 minutos de la salida, no lo tomamos con
tranquilidad y llegamos a la zona sobrados de tiempo. Tengo que ir a buscar un
aseo, los nervios de última hora, le digo al Jefe que me espere un momento, encuentro uno y tengo una experiencia muy desagradable con una señora, esto
hace que me retrase en ir a buscar al Jefe.
Llegamos a la salida cuando empiezan a salir los primeros, no conseguimos llegar a nuestro cajón, el de más de 4 horas, por la cantidad de gente que trata de entrar, hasta tal punto que tienen que abrir un paso intermedio y nos vemos arrastrados por la marea humana, salimos delante de nuestros compañeros. Nos ponemos en marcha andando hasta cruzar el arco de salida. Cuando lo hacemos pongo en marcha mi reloj, mi cabeza en función lolailo y mis piernas en ritmo de acabar entre 4:30 y 5:00 horas. Y por supuesto de disfrutar lo máximo posible y quitarme la espinita del fracaso de Castellón.
Eso hacemos, vamos a ritmo controlado, compartimos un ratito con Santiago Hitos, un crack que me cuenta que ya lleva 19 maratones y todavía no se ha acabado el año. A medida que van cayendo kilómetros me voy encontrado mejor, voy saludando, bailando, cantando y posando en las foticos que me hace el Jefe. El ambiente en Valencia es de fiesta, la gente no para de animar y muchas veces te llevan en volandas.
Llegamos a la salida cuando empiezan a salir los primeros, no conseguimos llegar a nuestro cajón, el de más de 4 horas, por la cantidad de gente que trata de entrar, hasta tal punto que tienen que abrir un paso intermedio y nos vemos arrastrados por la marea humana, salimos delante de nuestros compañeros. Nos ponemos en marcha andando hasta cruzar el arco de salida. Cuando lo hacemos pongo en marcha mi reloj, mi cabeza en función lolailo y mis piernas en ritmo de acabar entre 4:30 y 5:00 horas. Y por supuesto de disfrutar lo máximo posible y quitarme la espinita del fracaso de Castellón.
Eso hacemos, vamos a ritmo controlado, compartimos un ratito con Santiago Hitos, un crack que me cuenta que ya lleva 19 maratones y todavía no se ha acabado el año. A medida que van cayendo kilómetros me voy encontrado mejor, voy saludando, bailando, cantando y posando en las foticos que me hace el Jefe. El ambiente en Valencia es de fiesta, la gente no para de animar y muchas veces te llevan en volandas.
En una avenida de doble
sentido, veo a mis compis, pienso que ya mismo me van a coger. Nos pasa Alberto elSombrilla y después Conchi,
le digo que siga que va muy bien que nos vemos en meta.
Llega Encarni, con ella compartiría más quilómetros. Seguimos, voy tan bien que animo a los corredores que paso y aprovecho para hacer nuevos amig@s.
Llega Encarni, con ella compartiría más quilómetros. Seguimos, voy tan bien que animo a los corredores que paso y aprovecho para hacer nuevos amig@s.
Llegamos al 32, me da un
subidón, me hago fotico, me pongo a bailar con una de las muchas batucadas que
había en el recorrido.
En el 40, mi cabeza y mis
piernas me siguen respondiendo. En el 41 veo a los amigos de Km@Km, me alegra
mucho volver a verlos, sobre todo a esta altura de la carrera.
Tomamos la entrada a la
Ciudad de las Ciencias, ya oigo el ruido de fondo y veo la llegada sobre el
lago, me digo ya está ya la tenemos. Y
ya lo creo que lo teníamos, llegamos el Jefe y yo a meta en 4:39, con la
sensación del objetivo conseguido y contenta con el resultado. Qué posiblemente
hubiese podido ser mejor el crono, quizás, pero igual no me lo habría pasado tan
bien.
Al pasar la meta nos
estaba esperando Conchitina, enseguida llegaría Encarni y luego el resto de mis
compis, a las que fuimos recibiendo con una coreo improvisada. Al salir del
recinto, nos paró un fotógrafo para decirnos que nos había hecho fotos
bailando, le tuvo que resultar curioso.
Y hasta aquí lo que ha
dado el maratón de Valencia.
Para mi ha sido el maratón
de los sentimientos encontrados, lo empecé llorando, se me fue la bola e hice
la cabra durante el recorrido y terminé llorando de emoción de la mano de la persona más
importante de mi vida.
¡¡¡Y como no, enhorabuena a
tod@s los que han participado, de una manera u otra en esta magnífica maratón!!!
2 comentarios:
Valencia nunca falla, y unos buenos bailes bien valen unos minutos, total ganamos lo mismo jeje. Un saludico.
Muy bonita la crónica, y lo importante son las sensaciones, eso que te llevas
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