Nuestro correo

marujasaceleras@gmail.com

miércoles, 12 de noviembre de 2025

¡¡¡ Aupa !!! Behobia-San Sebastián


No sé muy bien por dónde empezar ésta crónica, así que me voy a dejar llevar por los recuerdos desordenados y sobre todo por los sentimientos y las sensaciones.
Fue un acierto elegir ésta carrera, que surgió en una conversación con Luisa en la que me planteó hacer la carrera del Mediterráneo, y yo le dije que coincidía con la Behobia, la cual ya la tenía yo metida en el corazón.
San Sebastián es una ciudad que vi hace unos años y me pareció la ciudad más bonita de España y la idea de correr por sus calles, y sobre todo que fuera la meta, no había discusión. Yo voy y las Marujas conmigo.
Voy a empezar por la meta por los dos últimos kilómetros porque todavía los tengo recientes, lo tengo en la retina, y los AUPA en los oídos, la luz, el bombeo del corazón al ritmo de los aplausos, como si la filarmónica de Londres estuviera tocando sólo para mí. Hay muy pocas cosas en la vida
que me hagan tener esa sensación de estar viva, de que puedo llegar, de que somos importantes entre la multitud, de que aunque te duela necesitas alcanzar esa meta, que nada tiene que ver con el tiempo, ni con los demás, sino contigo, tú eres la protagonista de tú película, y Murakami lo explica muy bien en “De qué hablo cuando hablo de correr”, correr es una actitud .
Así que sí, que alcanzamos la meta, todas llegamos, cada una peleando con lo suyo.

Llevábamos nuestros miedos y nuestras inseguridades en las mochilas apretadas de Vueling, pero a pesar de que mirábamos el desnivel de la carrera y de que nos anticiparon la dureza de las subidas, no pudieron con nosotras. Fuimos soltando los miedos a unas cuestas, en las que todas coincidimos en que nada tenían que ver con nuestros entrenos subiendo las cuestas del Gran Alacant, ni las subidas al Racó. Eso es, como en la vida, una siempre está más preparada de lo que cree.

Es una carrera de 23.299 corredores y corredoras, con una organización impecable. Quizá un poco apretadas fuimos en el tren de San Sebastián a Irún, aunque eso nos dio la oportunidad de tener charlas “muy cercanas” con otros corredores y hacerles un tercer grado en la corta distancia.

Conocimos un chaval de Castellón con novia ilicitana, de la cual ya sabemos hasta el negocio de los padres, en fin un poco de salseo.
Durante toda la carrera no te encuentras ni un minuto sola, hay gente aplaudiendo hasta en los tramos de autovía, no te falta un “aupa” en ningún metro de la carrera. Yo no he visto una entrega así en ninguna carrera, la gente hipoteca su domingo para gritar, aplaudir, tocar un instrumento, disfrazarse, salir a los balcones, formar torres humanas como los castellers, con los niños, con sus perros. Una entrega que te emociona y no te deja flaquear nunca.
Luego está, lo de ser de éste “cluss”, tan especial, que claro es un plus a todo esto , porque tengo que contaros que nos paraban en muchas ocasiones para fotografiarse con nosotras, diciéndonos que querían cambiar a nuestro grupo, hasta nos paró un tik toker Iban García, con 667 mil seguidores, para preguntarnos de dónde éramos, por ahí circula el video.
Y lo mejor de todo han sido los ratitos de espera en las estaciones, en los aeropuertos, en la recepción del hotel. Nos saltamos la regla de nada de cerveza antes de la carrera, ya en la estación de autobús estábamos brindando y saltándonos todos los protocolos.

Nos faltó el baño en la playa de la Concha por falta de tiempo, pero el momento pintxos con cerveza fría de después de la carrera es impagable. Como impagables son todas las anécdotas que nos hacían morirnos de risa y las chicas me decían “ que no se te olvide contar ésto en la crónica “, aunque conociéndonos ya sabeis: Esperanza nos hizo el show del pérsimon perdido, la liamos para sentarnos en el autobús, y brindamos mucho con sidra, con txakolí, y en fin yo tengo más agujetas
de reirme que de correr.

Mi enhorabuena para Luisa y Conchi, no sólo por llegar a la meta, sino por ser cómo son, un tándem espectacular, siempre me emociona verlas juntas. Gracias a nuestro entrenador Erik por su paciencia, siempre es un encanto su compañía. Gracias Ana, Gloria, Susi, Lola, Encarni. Esperanza
no cambies nunca. Han sido unos días espectaculares. Pensando ya en los próximos objetivos, sigamos sumando kilómetros juntas que todavía nos quedan Km x Hacer.

martes, 15 de julio de 2025

Travesía Tabarca Santa Pola

Loli tenía un reto desde hace unos años. Por unos motivos u otros no había manera de realizarlo, pero este año todo se alineó y, por fin, lo consiguió. Así nos lo cuenta:

Este año ha sido el año de poder hacer la Travesía Tabarca-Santa Pola.
Inscrita y con todo más o menos controlado, tocaba entrenar. Los entrenamientos en el mar han sido muy duros para mi. Mi cabeza no estaba preparada, he tenido una lucha interna conmigo misma increíble, pero ha ganado el “yo si puedo“.
Gracias a Luisa, mi compañera de entrenamiento, por ayudarme a superar mis miedos y a seguir con el reto. Y enhorabuena por ese pódium, 3ª de su categoría, eres una” Sirena”.

Por fin ha llegado el gran día, muchos nervios, empiezan los miedos en mi cabeza, pero ya no hay vuelta atrás. Me levanto a las cuatro de la mañana, desayuno sin tener hambre, dos horas después recojo el dorsal, la bolsa con el gorro, chip, boya... estoy muy nerviosa, pero contenta. Ya en el barco, camino de Tabarca, veo  un amanecer espectacular, miro el mar y lo veo tan intranquilo como yo misma, pero ya tengo claro que voy a por todas, lo voy a conseguir, no se el tiempo que tardaré en llegar a meta, pero sé que llegaré.

Ya en la orilla de la isla, todos los nadadores estamos esperando el momento de la salida, estoy muy emocionada, por fin el toque de salida. Para mí fue muy agobiante, mi corazón casi en taquicardia, mucha ansiedad, golpes por todos lados, hasta que logré salir del embudo, veo por fin la baliza del primer kilómetro, hay mucha corriente, pero tenía claro que tenía que seguir nadando, km a km, hasta conseguir la meta y poco a poco voy avanzando.
Del km 5 a meta se me hizo eterno, estaba ya muy cansada, pero super contenta, pongo pie en la arena y, después de tanto tiempo y con alguna lagrimilla en la cara (o sería agua de mar), me digo ¡¡¡ Reto conseguido!!! 
Un reto muy duro.  Quiero dar las gracias a la organización y a todos los voluntari@s,  pues me he sentido muy segura en todo el recorrido.
Gracias a mis Marujas por estar en Meta esperándome.