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lunes, 24 de agosto de 2015

Helsinki City Marathon



Antes de comenzar esta crónica tenemos que agradecer a Silvia&Jaime por la estupenda acogida y atenciones que han tenido con nosotros y por mantener nuestro entrenamiento de "fondo" a pleno rendimiento. Y a Esin y familia por facilitarnos una semana que nunca olvidaremos. Gracias a todos.


Cuando en diciembre Ignacio y Silvia comentaron que a su hija mayor, que lleva residiendo  un par de años en Helsinki, le haría mucha ilusión que fueran a correr el maratón, el jefe no lo dudó nosotros los acompañaríamos en esa aventura. Por lo que antes de acabar el año ya estábamos “matriculados” y con los billetes de avión comprados. Luego Ali, Gonzalo y Vicente nos dijeron que ellos también se venían.
Con lo que no contaba era lo duro que se me iban a hacer los entrenamientos, lo intenté, pero fue casi imposible hacer una tirada de más de 13 kms. Cada vez que me enteraba que Ali y Silvia habían podido hacer alguna de 20 o 30 kms me moría de envidia. El calor que hemos tenido ha podido conmigo y encima la mayoría de los días estaba con la tensión más bien baja. Pero eso no hizo que perdiese la ilusión por hacer por fin mi décima maratón y la primera después de cumplir 50 años.

Así que el 13 de agosto, día de la Alborada en Elche, los Melero y los Zaragoza a las 07h de la mañana, tomábamos un avión rumbo a Finlandia.
Nada más llegar la primera sorpresa, las vistas que teníamos desde el apartamento, espectaculares. El viernes después de hacer turismo un rato, nos fuimos a recoger los dorsales y las camisetas, segunda sorpresa, habían tallas pequeñas, podríamos presumir con nuestras camisetas ¡¡esta no acabaría en un cajón por no poder ponérmela!!
Llega el día del maratón, hay que almorzar-comer a las 12:00, la salida es a las 15:00 y queremos llegar antes de las 13:30. Cuando estamos en el autobús que nos llevaría al Estadio Olímpico le digo al jefe, que el cuerpo me pide siesta y no correr, me doy cuenta que se me va hacer muyyyy largo el maratón. Soy consciente que no voy preparada para hacer menos de 5 horas, le digo que si soy capaz de correr hasta el km 28  el resto lo puedo hacer andando y corriendo. 
Llegamos al estadio, nos ponemos a buscar a Ali, Gonzalo y Vicente, encontramos a los dos primeros, estamos un ratico haciéndonos fotos y cambiando últimas impresiones, nos vamos juntos a la zona de salida donde cada uno tomaría posiciones, nosotros buscamos el globo de las 4:30. Dan la salida, les decimos a Silvia e Ignacio que nosotros íbamos a ir a casi 5 horas, así que ellos se adelantan. El jefe y yo dejamos que el globo de las 4:30 se nos vaya.  Los primeros kilómetros los hacemos por el asfalto y luego nos hicieron entrar por el carril bici, al estrecharse nos apelotamos un poco por lo que tocó bajar el ritmo.
Sobre el km 7, se nos acerca un corredor de Cuenca, vamos un rato juntos hablando. Enseguida pasamos los primeros puentes que unían las islas, en uno pegué un grito ya que empezó a moverse, ¡que susto me llevé!
El mismo que cuando vi la  primera tachuela,  me quejo al jefe “ya me habéis engañado, este maratón no es llano”, Y encima tengo que pasar dos veces por aquí. Van cayendo los kms, pasamos el medio maratón 2:15. Pienso que no voy tan mal.
Acabamos la primera vuelta en el 25, ya hemos visto a los primeros que van camino de la meta y lo que hacían la carrera de 17 kms que estaban acabando. Empezamos la siguiente vuelta, todavía soy capaz de correr, menos mal que hace muy buena temperatura que si no aún sería más mortificante. Consigo llegar al 30 corriendo, a partir de aquí ya vamos alternando correr y andar. Me pongo en función “Antoñita la Fantástica” el jefe dirá que es modo "cansino",  voy hablando y cantando. En el 35 los adoquines que hay en el recorrido me pasan factura, la rodilla izquierda me empieza a doler, así que tengo que caminar todavía más. Ya empezamos a ver en el recorrido gente que va peor que yo, el jefe intenta auxiliar a algunos, pero no se dejan o no lo entienden ¡vete tu a saber!.
Cuando veo el 40 me vengo arriba, digo ya está, ya lo tenemos. Intento correr algo más pero casi no puedo. Llegamos a la zona que nos da entrada al estadio, nos esperaba la última tachuela, el jefe me dice que reserve fuerzas para la vuelta al estadio. Le hago caso, pero nada más entrar al estadio me pongo a correr, oigo a mi hija que nos llama y me emociono, me veo entrando en meta de la mano del jefe en 4:54. madre mía casi consigo las 5 horas.
Recogemos la medalla y  la bolsa del corredor con: leche de coco, yogures, batido proteínico, pepinillos, café y nos vamos a buscar a nuestros compañeros que nos estaban esperando en el césped. 

En cuanto al maratón contaros que es totalmente distinto que lo que estamos acostumbrados por nuestra zona nos solo por el paisaje, ya que hemos corrido entre bosques, pasando de isla en isla a través de puentes,  sin dejar de ver el mar Báltico en ningún momento, empezando a correr a las 15:00  (las 14:00 hora española). En algunas zonas en el circuito se nos colaron coches, bicicletas e incluso nos tuvimos que parar a que el tranvía pasase. Los avituallamientos estaban situados cada 2 o 3 kms, siempre con agua e isotónicos, en algunos además de plátanos podíamos tomar también pepinillos en vinagre... ¡no me aventuré a probarlos por si las moscas!
Lo que eché en falta fue algo más de animación por las calles, pero no se puede tener todo. En total creo que fuimos 45 lo españoles que estuvimos participando en el maratón, yo conseguí mi objetivo ser la segunda Maruja femenina en pasar por meta, la primera fue Silvia.

Enlace al publireportaje



2 comentarios:

paco dijo...

Curioso y atractivo recorrido y lo que no acabo de ver es lo de correr a las 2 de la tarde. Un saludico y enhorabuena.

Aly dijo...

Angela, una crónica perfecta...estubo muy bien a pesar de las "tachuelas" y lo estiraos de la peña autoctona durante la carrera....un gustazo poder compartir esta experiencia con todos vosotros. Bss