Volta a Elx

Me apetecía mucho acompañar este año a los valientes: Juan Pascual, José Manuel, Ginés, El Jefe, Cova y Javi,  que se iban a atrever con los 95 km que tiene esta excursión, pero me parecía mucho hacerlos todos.

Como no tenía muchas ganas de  pegarme el madrugón padre, me decanto por hacer con ellos los 33 últimos kms. De todas formas había quedado con Trini para ir haciéndoles el seguimiento y el avituallamiento en varios puntos, en Serra Llarga, Arenales del Sol, la ermita de la Virgen del Rosario y en el Hostal Galicia, km 64, de donde hemos salido Toni López, que venía de hacer la marcha Abanilla-Crevillente y yo.

Una vez que ellos se han refrescado, cambiado de calcetines, quitado la arena, me he puesto mi mochila y nos ponemos en marcha, al pasar por la zona del camping de la Marina el cielo se ha vuelto a poner negro, se ha tirado todo el día lloviznando, hemos oído algún trueno y ha empezado a llover y granizar fuerte nos ponemos los chubasqueros y seguimos a buen ritmo pues no hay posibilidad de buscar donde refugiarnos, estamos en mitad de la sierra. Cuando llegamos cerca de la autovía deja de llover y sale otra vez el sol, acompañado del arcoiris.

Antes de llegar a la ermita de San Francisco nos estaba esperando Manolo Quirant para acompañarnos un rato con el coche.  Trotando y andando llegamos a la zona del Hondo, lugar habitado por mosquitos enormes y conejos con muy poca vergüenza que se paran en mitad de camino para mirarte o se cruzan sin mirar con el peligro de darte un golpe, tengo que decir que a diferencia de otras veces en esta ocasión los mosquitos ni se han fijado en mí, se han llevado los chicos todos los picotazos.

En Matola nos estaba esperando otra vez Trini para hacernos el último avituallamiento y las penúltimas foticos. Al pasar por la zona del canal Toni nos ha dejado y ha cogido  dirección a Crevillente, nosotros nos hemos ido a la derecha y por distintos caminos hemos llegado a la zona del Llano de San José ya de noche, de ahí por el canal al hospital nuevo, a los bomberos, avda. de la Libertad, avda. Blasco Ibañez y por último el mosaico de la Dama, lugar de salida y llegada donde nos estaba esperando Trini. Al pasar por el centro la gente se nos quedaba mirando, supongo que formaríamos un cuadro curioso todo el mundo vestidos de guapo y nosotros con pintas de exploradores.

Me lo he pasado muy bien con ellos, los treinta y tantos kms se me han hecho cortos y claro está ya me ha entrado el gusanillo de hacerla entera, así que el año que viene creo que El Jefe me va a tener que aguantar desde el principio.

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