XXIII MEDIA MARATON DE SANTA POLA

¡ Hola amig@s ¡ Estoy más contenta que una niña con zapatos nuevos (y de tacón), el domingo salí en la media de Santa Pola y no las tenía todas conmigo de acabarla, después del año que he  estado  en “ dique seco “ entre la fascitis y la operación  a la que me sometí el día 1 de diciembre , solo había hecho un par de croses y entrenamientos de menos de una hora, pero cuando me enviaron por mail mi número de dorsal,  ( estaba inscrita desde el verano ), pudo más el “gusanillo acelerao” que la razón, y me dije, bueno, saldremos y que sea lo que Dios quiera.

 

Pues allí estábamos a las 9 h. a.m. aparcando y ya vestida  de gala nos fuimos hacía el Acuario donde habíamos quedado con el resto de las Marujas para la fotico de rigor, fotos  y más fotos, besos, alegría y sonrisas por todos lados, luego ya fuimos posicionándonos cada uno por donde pudo y sinceramente,  me encanta la salida de ésta media con la música y  el ambientazo de tanto corredor, se que algunos ya no les gusta porque hay demasiada  gente y hay tramos que vamos como sardinas en lata, pero en mi caso, como voy a pasico tortuga pues me es igual. El caso es que después de casi cinco minutos en pasar por el arco de salida, despegamos y cogí mi rítmico reservando todo lo que pude y no dejándome llevar  por la alegría de mi alrededor, cuando llegué a la cadena y di la vuelta me dije, bueno, si llego bien hasta el km 15, no me retiro, y aunque a partir del 17 tenga que andar pues se anda y punto,  y eso hice pasé el 15 medianamente bien y continué a la “ velocidad supersónica “ según los marcadores que habían de 7,15 por km. ( casi ná ), pero aguantando, llegué a las salinas y  pensé  Maitita esto está hecho y por lo bien que te ha salido si quieres a partir del 19 te dejo andar, pero pasado el 19 el corredor que iba a mi lado le pidió a unos chicos de la Cruz Roja un zumo de melocotón y me ofreció (yo creo que me vio la cara súplica ) en mi vida había tomado un zumo con tanta gana, estaba fresquito y tan dulce que me sentó de maravilla, el cuerpo me lo agradeció tanto que no me dejó pararme y seguí a la velocidad supersónica  hasta el final, cuando llegué a los últimos metros  entre la música y el ambiente me embargó tal emoción que me puse a hacer la “mona”, bailando y dirigiendo la música que sonaba, en fin ya sabéis lo que es  eso, y en este caso el tiempo era lo de menos, solo quería terminarla y lo hice, y encima sin dejarme la vida en ello, llegué como a mí me gusta  “sobrá” y con una sonrisa de oreja a oreja”.   Me encanta Santa Pola.

No me enrollo más, un beso a tod@s , y muchas gracias por  los ánimos que me disteis

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